domingo, 2 de marzo de 2014

Carta enviada a Ministro Hinzpeter en Marzo de 2010



ÑUÑOA, MARZO DE 2010

Sr.
Ministro del Interior
Don. Rodrigo Hinzpeter Kirberg
Presente

Chile ha sido sacudido por un desastre natural de características casi cataclísmicas; por la prensa los ciudadanos nos hemos enterado paso a paso de la real dimensión de lo ocurrido, así como de las acciones emprendidas por el anterior y el actual gobierno y sus autoridades.

Como ciudadano estimo que la opinión pública tiene muchas dudas respecto a la actuación de algunas autoridades y organismos estatales, algo grave puesto que se supone que los altos funcionarios de un gobierno siempre van a tratar de velar por el bienestar de sus representados.

Por otra parte, resulta preocupante lo ocurrido con varias edificaciones de altura, considerando los altos estándares de construcción con que cuenta Chile.

Ministro, me parece que la opinión pública y especialmente la ciudadanía merecemos respuestas claras y lo más trascendental, públicas, abiertas, de amplia difusión. Al respecto, modestamente, quiero efectuarle algunas proposiciones, las que estimo como respuesta práctica a interrogantes que a medida que pasen las semanas, la ciudadanía se va a estar haciendo o al menos eso espero.

ANTECEDENTES PREVIOS A LA CATÁSTROFE

A.    PLANIFICACIÓN DE PROTECCIÓN CIVIL

Es claro que la planificación de protección civil debió haber sido confeccionada de manera previa, ocupando la experiencia de las varias catástrofes vividas en los últimos 20 años (Vn. Hudson, Chaitén, Aluvión Antofagasta, Terremoto de Huara, Tocopilla, inundaciones, etc).

También es conocido que existen muchas organizaciones en diversos países que cumplen similar función a lo que debió haber sido la ONEMI, aspecto que se pudo considerar como información vital para preparar los planes más adecuados para nuestro país. Son muchos los expertos que en Chile no fueron oídos y cuya ayuda habría sido vital al momento de diseñar las medidas de protección para la población, no sólo ante temblores o terremotos.

Se sabe que todo este tipo de fenómenos, especialmente los más graves, tienen una especie de libreto que se repite una y otra vez; personalmente lo vi en el aluvión de Antofagasta. En esa oportunidad uno de los primeros servicios básicos en colapsar fue el agua potable, por una parte por los daños en cañerías pero por otro, fue mucho más grave el hecho que la instalación donde se encuentran los estanques (sector de Salar del Carmen y que alimentan a toda la ciudad), fueron virtualmente tomados por una poblada asustada ante la posible falta de ese elemento vital. ¿La solución?, se envió una agrupación de Infantería del Regimiento Esmeralda y una estación de Telecomunicaciones del Regimiento “El Loa”; a partir de ese minuto se regularizó el trabajo de los funcionarios de la empresa y se pudo garantizar la entrega de agua a los sistemas de la ciudad como a las personas que concurrían a buscar en los camiones aljibe, con bidones o elementos similares.

Como puede apreciar, existían infinitas vías para obtener información certera, válida y experta, que habría servido de manera vital para diseñar los planes de protección civil; lamentablemente nada de eso se hizo.


B.     ORGANISMOS PARA LAS CRISIS

Fue absolutamente evidente que al momento de producirse la catástrofe, no existía ningún equipo asesor de crisis, tal como lo tienen otros estados que asumen ésta tarea de manera seria; Según al anterior mandataria, su comité de crisis eran algunos ministros y probablemente asesores, quedando exentos de manera formal las FF.AA., organismos de apoyo tales como Radioaficionados, grupos de rescate como el de Bomberos, etc.

Ni siquiera el lugar era el adecuado, puesto que los ciudadanos pudimos observar a la ex mandataria en una pequeña sala, prestando una absoluta atención a la Sra. C. Fernández y al Subsecretario Rosende, mientras los altos representantes de las FF.AA. permanecían de pié tras la presidenta observando y escuchando; no hay que ser muy experto para darse cuenta que no había un protocolo para esa primera reunión, cualquiera que haya sido la emergencia, ya que se entiende que cada autoridad responsable de instituciones u organismos del estado debería haber llegado a exponer los antecedentes que a esa hora tuviera, por pocos que hayan sido.

Nada de lo anterior sucedió y por el contrario, la mandataria centró su primera medida en volar rápidamente al sur, tanto ella como otros ministros, ocupando varias aeronaves y transformando a las más altas autoridades del Gobierno y por lo tanto del país, en una suerte de periodistas en exploración, que recorrieron los lugares afectados por un extenso tiempo, mientras las FF.AA. y grupos de rescate permanecían en sus unidades y ciudades sin poder desplazarse a donde se necesitaba ayuda con urgencia.

El ya famoso Decreto 760, desnuda magníficamente lo que la administración anterior entendía como gestión en los organismos de protección civil; la palabra coordinación (mando y control) sólo era una referencia en los libros para los encargados e ideólogos de dichas instituciones, y lo que la dura realidad reveló, es que nunca se buscó formar un ente que reuniera a diversas instituciones (civil, militares, técnicas universitarias, etc) y por el contrarío permaneció intacto el trabajo en compartimientos estancos o relacionados de manera absolutamente burocrática.

El célebre decreto demostró que para la Sra. Fernández y el anterior gobierno, la palabra mágica era subordinación, sin importar el como estructurarlo; con el tiempo transcurrido, estimo que ya no se necesita explicar detalladamente lo errada que estaba la Sra. Fernández, la ONEMI y el anterior Gobierno.

C.    TELECOMUNICACIONES

Las comunicaciones nunca se improvisan, ya que al optar por esa forma de trabajo lo único que se logra es que los enlaces no van a funcionar de la manera en que se espera que lo hagan. Un sistema (Red) de Telecomunicaciones normalmente es la respuesta técnica a los requerimientos operacionales, es decir, una vez que quienes tenían la responsabilidad de diseñar el sistema de emergencia nacional hubiesen definido la estructura completa, recién ahí se busca la forma de organizar los enlaces; en ese punto se define si sólo se requieren enlaces de voz, voz y datos, dentro de los datos sólo mensajes de texto, mensaje e imágenes, etc, etc.

Por ejemplo, si se analiza la salida en helicóptero de la ex presidente Bachelet a primera hora del 27, surgen las siguientes interrogantes:

a.            ¿Con quien estaba enlazada?.
b.     ¿Recibía ella información de lo que estaba sucediendo en el resto del país mientras volaba?.
c.       Si en su vuelo hubiesen detectado la aproximación de una ola hacia una localidad, ¿Tenían la frecuencia de quienes eran las autoridades de ese lugar y sabían quienes eran?, de lo contario ¿habrían descendido a avisar?

Estas interrogantes y muchas otras surgen a la luz del desplazamiento que hizo la ex mandataria y en el que se supone tendría que haber hecho plenamente enlazada con sus asesores directos, de lo contrario lo único que se estaba poniendo en riesgo, además de la vida de la mandataria, eran las resoluciones ejecutivas (presidenta o presidente) necesarias en ese momento. Anexo al diseño del sistema de telecomunicaciones y de una importancia no menor, es haber contado con un plan de telecomunicaciones, que entre otros aspectos considera un lenguaje común (como lo hacen los radioaficionados), en el que se especifican claramente las distintas señales distintivas (Identificación de las estaciones de comunicaciones) y señales de alarma, donde cada catástrofe o suceso, tiene un nombre claramente definido, por ejemplo:

-         CLAVE AZUL ZONA ALFA: Alerta Posibilidad de Tsunami zona costera X.
-         CLAVE ROJA ZONA ALFA: Presencia efectiva Tsunami. Activar alarma general zona costera X.

Los códigos expuestos son sólo una idea de cómo se puede estructurar un plan de telecomunicaciones, donde se obliga a quién origina el mensaje (no al operador de la radio) a comunicar claramente una acción, dejando de lado lenguaje que después de preste a confusión.

Aparentemente nada de lo que acabo de detallar se hizo y lo más grave, el lenguaje entre organismos (SHOA – ONEMI) parece no ser el mismo, hecho que influyó para que después aparecieran contradicciones en las versiones.

D.    SISTEMA DE ALERTA (ALARMAS)

Aquí claramente no había consenso en los procedimientos, e incluso protocolos ya escritos no se ejecutaron, lo que habla de la poca credibilidad que los mismos organismos tenían en sus propios sistemas. Fue extraño ver a la mandataria en una pieza pequeña, rodeada de personas, leyendo unos papales para que finalmente tuviera menos antecedentes que los que a esa hora manejaba una conocida Radio nacional.

Independiente de quienes debieron haber conformado el comité de crisis y donde se debiera haber reunido, el sistema de alarma claramente mostró su completa ineficiencia. Los lideres de las localidades más pequeñas (especialmente las costeras) como los comandantes de las compañías de bomberos, los jefes de las tenencias o retenes de Carabineros, las capitanías de puerto, claramente no tenían una meridiana idea común acerca de cómo actuar ante un terremoto, y en muchos casos sólo primó la intuición y el buen juicio de muchos de ellos y de otros tantos ciudadanos.

Aquí hubo falencias técnicas y humanas; dentro de las técnicas se puede mencionar la falta de sirenas o dispositivos que alertaran a la población ante un evento de la índole al que nos referimos; entiendo que nunca se dejó de seguir el conducto regular al momento de avisar a las regiones y como no hubo enlaces, no se avisó a nadie.

Aquí se juntan los puntos descritos previamente, es decir, no había una planificación previa y los medios de enlace no existieron o bien no fueron usados de una manera adecuada.


POSTERIOR A LA CATÁSTROFE

A.    INVESTIGACIÓN DE PROCEDIMIENTOS ANTE CATÁSTROFE.
Me parece que para una transparencia absoluta de lo que se investigue, se debe optar por un procedimiento similar a lo que hace la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) de Estados Unidos cuando investiga un accidente aéreo; si bien ellos hacen sus procedimientos de investigación normales, los resultados y conclusiones se entregan en público, ante autoridades, familiares de víctimas y la prensa.

Es probable que de alguna de las conclusiones se deriven responsabilidades penales o políticas, pero a partir de ese punto serán otros los organismos encargados de proseguir con los procesos judiciales o políticos, y la necesidad de la verdad estará satisfecha, al menos en parte.

Estimo que hay cosas que revisten tal gravedad y hay tal molestia en los ciudadanos, que una buena forma de clarificar los hechos y definir responsabilidades es hacer algo como lo que propongo; para muestra un ejemplo; la actuación de las FF.AA. ha sido ejemplar, pero sin duda alguna lo ocurrido con el SHOA requiere una completa aclaración, pero da la impresión que ese organismo fue usado como una buena excusa de la anterior administración para deslindar responsabilidades, deslizando a los medios de prensa opiniones en tal sentido.

Por todo lo expresado, creo firmemente que la investigación no puede estar circunscrita a las cuatro paredes de una comisión, y por el contrario debe buscar especificar responsabilidades, en un episodio en el cual no todos actuaron mal, pero tampoco no todos actuaron bien.

Además de lo mencionado, me parece poco lógico que una situación que implicó la actuación en cadena de diversos organismos, sea investigada por carriles diferentes, ya que no hay que analizar mucho para concluir que los resultados no serán compatibles. Si es necesario, el Presidente podría designar una comisión que haga una investigación completa, desde el punto de vista de los procedimientos y actuaciones de los diferentes organismos estatales.


B.     DIFUSIÓN DE INVESTIGACIÓN SOBRE EDIFICIOS CAÍDOS Y COLAPSADOS

En este tema está en cuestión la fe pública de todos los ciudadanos, puesto que no se puede jugar con la seguridad de muchas familias y con los sueños de la casa propia de muchos Chilenos.

Como esta situación se va a zanjar seguramente en los tribunales de justicia, en causas entre privados, me parece del todo oportuno que se busque un camino alternativo para que la ciudadanía sepa como las inmobiliarias y constructoras van a responder. No soy un experto legal, pero se puede solicitar al Presidente Piñera pueda proponer una norma o decreto que permita que cada una de las investigaciones que se produzcan a raíz de lo ocurrido, sean liberadas a la opinión pública, una vez que ellas hayan concluido en cada una de las etapas procesales correspondientes.

De alguna forma, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, una vez reunidos los resultados de varias de las causas que se lleven a efecto por este motivo, debiera emitir un informe con las conclusiones desde el punto de vista del Gobierno, y si es necesario proponer los cambios a la actual normativa sobre urbanismo y construcciones.

Ojala pueda analizar mis sugerencias, que son fruto de la gran duda que me dejaron todos éstos acontecimientos, tanto lo que pude observar en los organismos gubernamentales como en la forma en que las inmobiliarias y/o empresas constructoras ejecutan sus obras, a veces de gran tamaño.

Sr. Ministro, con lo expresado no busco echarle la culpa del terremoto o el tsunami a tal o cual autoridad u organismo, eso en una absoluta necedad, pero es tiempo de indagar la verdad sobre lo que pasó, antes y después del terremoto; si bien hay una culpa importante de la Armada de Chile en la alerta del Tsunami, no se debe olvidar todo lo que he detallado previamente, situación que implica que hay varias responsabilidades que exigir, tanto en organismo civiles como uniformados.

No podemos darnos el lujo de perder tiempo, puesto que tal como Ud. y millones de Chilenos ya sabemos, se espera otro gran movimiento telúrico en el norte de Chile en uno, dos o 10 años más, y si algo nos ha dejado lo ocurrido el 27 de Febrero, es que no podemos esperar sentados a
la próxima tragedia sin investigar en que fallamos ahora y por ende, hacer los cambios que nos permitan minimizar al máximo las consecuencias de lo que venga en un futuro indeterminado, pero no lejano.


Saluda atte.,



Fdo.) JOSÉ RAÚL ASTROZA MUÑOZ
Mayor (R) de Ejército (Telecomunicaciones)
Capacitador Seg. Privada y Alumno IV año Ing. Prev. Riesgos



http://proteccioncivilchile.blogspot.com

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